@ignacioJaen:
Vivimos en un entorno que nos gusta llamar VUCA (volátil, incierto, cambiante…). Sin embargo, sin quitar relevancia a esta definición, creo que no es más que una forma de justificar nuestra manera de gestionar los negocios. El futuro siempre ha sido, por definición, incierto. Y, aunque en épocas pasadas, teníamos un poco más de tiempo para asumir los cambios, debemos acostumbrarnos a este ritmo y asumir que cada día hay menos margen de adaptación a los cambios y que estos se producen con o sin nuestra participación. El problema, por tanto, es que si no cambiamos al mismo ritmo, los siguientes escenarios serán cada vez más difíciles de comprender y de afrontar. La transformación debe ser una actitud en los negocios. Pero ¿cómo nos preparamos para una gestión de transformación?
- Un cambio de actitud en la gestión empresarial
- Un modelo estratégico de transformación
- En busca del futuro
- ¿Estás reflexionando sobre el futuro de tu negocio y no sabes cómo afrontar esa transformación?
Un cambio de actitud en la gestión empresarial
Lo primero que debemos entender es que el futuro se producirá con o sin nuestra participación. Mirar hacia otro lado no es una opción cuando estamos gestionando un negocio y debemos afrontar un entorno que no es el que nos gustaría.
Los responsables de negocios o los gestores de negocios tienen que asumir que hay que afrontar el futuro con determinación y una estrategia. Se trata de un cambio de actitud ante la imposibilidad de prever los acontecimientos. Ese cambio de actitud tiene que ver con afrontar el futuro como algo que se puede modelar o definir (no se trata de adivinar lo que nos espera, se trata de sentar las bases que nos lleve hacia un futuro deseado).
La serie de artículos que comienza hoy y que iré publicando a lo largo de los próximos meses tratará precisamente sobre estrategias para idear, prospectar y modelar escenarios estratégicos futuros con el objetivo de afrontar ese desafío de transformación con una nueva actitud. Una metodología y un trabajo que realizaré como colaborador de EID (Escuela de Inteligencia Directiva) y BZMK, bajo la dirección de Julen Basagoiti y Zaira Vicente, siempre arropado por mi equipo creativo.
No pretendo en este primer artículo desgranar toda una metodología de trabajo que llevo meses creando, a partir de la adaptación de otras que tienen que ver con el diseño de futuros, con la prospectiva de escenarios de futuro, con la estrategia de gestión y de marca… primero porque es algo que hay que ver con calma y segundo porque está en continua evolución.
Ese cambio de actitud en la gestión empresarial debe comenzar por una serie de procesos de reflexión internos que definan cuál es la misión y cuál es la visión del negocio en el nuevo panorama del mercado. No se trata de un proceso de redacción de unas cuantas frases que hablen de lo que somos y de lo que queremos ser, sino un profundo análisis de cuál es el lugar que debe ocupar el negocio en la vida de sus clientes en el futuro, definiendo una propuesta de valor realmente interesante y relevante para los públicos de la marca.
En un mercado global, al que pueden llegar grandes operadores internacionales, medianas y pequeñas empresas, que está evolucionando con la necesidad de afrontar profundos procesos de transformación relacionados con la sostenibilidad (el cambio climático y los Objetivos de desarrollo sostenible ODS), necesitamos nuevas formas de gestión, que otorguen especial protagonismo a los criterios ESG (medioambiente, al desarrollo social y governanza), para afrontar el futuro. No se puede mantener la misma actitud que nos llevó hasta la situación actual.
Las empresas, mejor dicho, sus gestores, deben abandonar el modelo neoliberal que ha llevado a una situación irresponsable con las próximas generaciones. Pensar que podemos seguir como hasta ahora es de una ceguera tal que solo puede llevar al fracaso de esos modelos de negocio (si no es inmediato lo será en las próximas décadas).
Pero las fórmulas mágicas no existen. De ahí la necesidad de afrontar ese cambio transformador a través de una profunda reflexión, que no solo tenga en cuenta variables internas, sino también externas, que busque oportunidades donde hoy solo hay incertidumbre. Se trata, por tanto de una transformación estratégica para modelar el futuro.
Un modelo estratégico de transformación
El modelo estratégico de transformación es una cimentación para la toma de decisiones empresariales. Primero, porque sienta las bases de la reflexión, fijando objetivos, herramientas y campos sobre los que actuar; segundo, porque permite la revisión sistemática de las variables que afectan al negocio, de las decisiones que surgieron en su momento y la ideación de nuevas soluciones que mejoren la posibilidad de aprovechar escenarios futuros más beneficiosos.
En próximos artículos iré desgranando las diferentes fases, herramientas y dinámicas que hay que seguir para afrontar el reto de tener una estrategia de transformación que permita afrontar el futuro con mejores mimbres. Solo te apuntaré que será necesario:
- Desarrollar técnicas de pensamiento creativo, que nos permitirán abordar el futuro desde perspectivas nuevas, con mirada amplia y con espíritu crítico.
- Afrontar un análisis prospectivo, que nos ayudará a imaginar cambios más o menos plausibles en función de una serie de herramientas de análisis del pasado y del presente que nos permitan descubrir futuros que evaluar.
- Evaluar escenarios estratégicos futuros, que nos permitan hacer introspección en nuestro negocio para determinar qué podemos hacer para aprovechar las señales y las tendencias detectadas en el análisis prospectivo, para llegar con posibilidades a los futuros diseñados a través de nuestro pensamiento creativo. Gracias al análisis de escenarios estratégicos podremos planificar el camino para aprovechar las palancas de transformación que nos acerquen a nuestra visión empresarial.
En busca del futuro
Cuando cualquiera de los grandes exploradores partieron hacia lo desconocido no contaban con un mapa o ese mapa era impreciso y en ocasiones erróneo. Sin embargo, tenían una actitud clara de avanzar y de buscar una ruta hacia el futuro. Ese futuro estaba en nuevas tierras, nuevas personas y, por qué no reconocerlo, en el descubrimiento de riquezas o de fama.
Todos ellos tenían una actitud inspiradora, una estrategia clara de marcar su propio rumbo y, no tenían un plan (o si lo tenían enseguida saltó por los aires). Fue su determinación para modelar su camino hacia un mundo de oportunidades lo que les llevó, cada día a avanzar en un entorno hostil, incierto y desconocido. Así es el futuro. Pero no por ello es menos atractivo. O quizá, precisamente por ello, es tremendamente atractivo.
Modelar el futuro es tener claro cuál es tu objetivo como negocio. Es tener claro que el camino hacia ese objetivo solo lo puedes definir y asfaltar tú con tu determinación y tu estrategia. Y que si otros quieren recorrerlo lo harán, probablemente por detrás de ti. Siguiendo tus pasos, siguiendo tu estrategia. En los próximos artículos descubrirás cómo es posible hacer todo esto y cómo puedes llevar tu negocio a una nueva etapa de crecimiento y de éxito.
Leer articulo de Ignacio: Transformación como actitud en los negocios
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